“BROUMMMMMM !!!!!” Ese ha sido el sonido de la banda musical del capítulo de hoy, el sonido de los truenos. Después de oír la que cayó durante la noche, ninguno de los 12 caminantes que hicimos noche en el Refugio de Conangles teníamos esperanzas de poder hacer algo durante el día que amanecía gris y lluvioso. A mí la lluvia no me importaba demasiado, acostumbrado a ella como estoy ( ¡¿qué va decir un Vasco?! ), si no que la tormenta me pillara en las partes altas y que el asunto se pusiera feo. Al final, decidí probar suerte y cuando paró un poco de llover, a las 7:30 me puse en marcha, camino al valle de Benasque. Tras la primera interminable subida del valle Salenques, por la zona del Estany de Cap de Llauset y antes de empezar a subir al Collado de Ballibierna, veo algo que se me hace conocido. Entre las marcas de la GR, cuelgan ¡¡¡cintas de marca de una carrera!!! Claro, son las marcas, que horas después seguirán los participantes de la carrera que da la vuelta al macizo del Aneto.
Siguiendo a ellas bajo toda la “pestosa” pista interminable, hasta que ya casi en Benasque, giro a la derecha, dirección al valle de Estos. En el Refugio de Estos hago la paradita del día para comer algo y parto sin demora y con la amenaza constante de los truenos, camino al refugio de Biados. Larga subida al puerto de Chistau y tras una preciosa bajada, llego a Biados, ahora sólo me falta una última subida y listo.
Subiendo al Paso d’es caballos, se mete un poco la niebla y me pillan un par de pequeñas tormentas, pero, la meta esta cerca y subo con ganas. Termino el día con otra asquerosa bajada por pista, ¡¡¡mis tobillos y rodillas no pueden más!!! Ya en Parzan y con el hambre que traía , me voy a cenar sin apenas ducharme ni cambiarme. Lo siento por los comensales que les tocó comer mi lado…
